El partido del Barça-PSG del pasado miércoles en la
Champions me deja un poso de enseñanza muy potente. Más allá del resultado, los
goles y el juego en sí. Más allá de la remontada y la épica de unos, del
abatimiento y la desolación de otros, de la polémica arbitral o de cualquier
emoción de primera línea. Me quedo con el reflejo inconsciente de que el que
piensa que puede lograr algo, efectivamente puede. Y viceversa.
“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes,
estás en lo cierto”, dijo alguien alguna vez. Y ocurre así en la vida, en el
deporte, en el fútbol. Tenemos ejemplos todos los días, todas las semanas del
año. Miremos el espejo de los grandes deportistas que demuestran que es así: Michael
Jordan, Rafa Nadal, Mireia Belmonte, Carolina Marín, Michael Phelps, Usain Bolt,
Cristiano Ronaldo, Miguel Indurain, Xavi Torres…..hay una lista interminable a
lo largo de la historia. Ejemplos de personas que SIEMPRE creen en sí mismos,
que no dejan que las circunstancias externas les resten un ápice de confianza.
Personalidades fuertes e indómitas, con un espíritu de superación que va más
allá de sí mismos. Les hace diferenciales su fe en el trabajo, en el esfuerzo y
el sacrificio, en el talento y en la vida. Deportistas que se han hecho a sí
mismos para asombrar al mundo.
En el deporte de élite hoy en día, el talento, la
preparación técnica y táctica están muy igualados, y la delgada línea que separa
la victoria de la derrota la deciden la fuerza mental y la capacidad de creer en uno mismo, peleando
hasta el final. Las grandes gestas, y también sencillamente las pequeñas victorias,
se forjan primero en la mente, se visualizan, se les da forma y credibilidad, y
provocan por tanto una actitud que las hace realidad. O por lo menos genera las
condiciones para ello: “match point”.
El pasado miércoles el Barcelona creyó en la remontada mucho
antes de salir al campo, de la misma manera que el PSG creyó en que no podría
pasar la eliminatoria desde que llegó al vestuario. Eso que llaman “profecía
auto-cumplida” se dio en el equipo francés, que se visualizó acongojado y
encerrado en su campo, que renunció a sus posibilidades y que nunca se creyó
capaz de eliminar al Barcelona. Cuando esto ocurre, y reculas cediendo terreno
y espíritu, mandas señales inequívocas al rival de que aproveche, porque tu renuncias
a tu trozo del pastel, por miedo a ganar, por miedo a crecer. Y eso los
animales deportivos de clase mundial lo huelen y lo devoran sin piedad.
Empujado por las circunstancias, el Barcelona hizo más grande la rendija de
esperanza que le quedaba, hasta que fue suficiente para colarse por ella; y el
PSG hizo lo propio con su miedo a ganar.
Dicho esto, creer en uno mismo no significa que siempre se
pueda ganar. Eso no es posible, hay que ser consciente de ello. Pero lo que es
diferencial, muestra del que piensa que PUEDE, es rehacerse tras una caída o
una derrota, e ir a buscar la victoria de nuevo en la siguiente oportunidad. Caer
siempre está permitido, pero levantarse es obligatorio. Lo es y lo seguirá
siendo para todos aquellos que creen en sí mismos y en sus fortalezas, en los
que no se rinden jamás. Simeone, por ejemplo, con su “nunca dejes de creer” lo
transmite con mucha fuerza en el Atlético de Madrid, y antes o después volverá
a tener su oportunidad de ganar la Champions. Territorio indiscutible de la fe
también es el minuto 93 de Sergio Ramos, en forma de corazón salvaje de un Real
Madrid que cree siempre en sí mismo y no baja nunca los brazos, “hasta el final…”.
Con los ejemplos futbolísticos de estos días, termino
pensando que el éxito y la victoria pueden dar miedo, por ello para conseguirlos
es necesario pensar que sí se puede, que somos capaces. Para ello hemos venido
a este mundo, ¿no? A jugar, a apostar por nosotros y a conseguir lo que creamos
que podemos conseguir, ni más ni menos. De eso se alimenta el corazón. Todo lo
demás no sirve, no nos pertenece. Pero lo que sí queremos, nuestro trocito de
vida y de pasión, de ilusiones y de alegrías, de esperanzas y de sueños, hay
que pelearlos, creyendo que tú mismo eres capaz. “Hasta el Final, para hacerlo
Real”. Yo pienso que puedo, ¿y tú?
Con, muy bien dicho y por supuesto escrito. Coincido en todo y está claro que tiene que empezar en uno mismo el creérse que PUEDE..se puede aplicar al deporte y a la vida misma.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Maite!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor supuesto, siempre hay que ir con positividad, el SI SE PUEDE lleva muy lejos. MUY BIEN ESCRITO, GENIAL.
ResponderEliminar:):):) gracias Chari
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