martes, 12 de marzo de 2019

Leones conquistando fronteras: el imparable crecimiento del rugby español

España y su deporte siguen derribando muros. Lo que hace unos años era quizás una de las utopías deportivas más grandes del momento, se convirtió este fin de semana pasado en realidad: la selección masculina de rugby 7 (modalidad seven), batió por primera vez en un partido oficial a los todopoderosos All Blacks de Nueva Zelanda. La última jugada, el fabuloso ensayo de Pol Pla con el que España certificó su victoria, ha dado la vuelta al mundo por su brillantez y espectacularidad, y refleja la capacidad de superación, la confianza en uno mismo y en el trabajo de todo un equipo a lo largo del tiempo. Tras cuatro derrotas consecutivas ante Nueva Zelanda, a la quinta fue la vencida.

Este hito es historia pura, un hecho sin precedentes que confirma el buen hacer en los últimos años de nuestro rugby. Sin ir más lejos, la selección española de rugby seven está realizando la mejor campaña de su historia hasta la fecha en las Series Mundiales. No es casualidad por tanto que los resultados estén acompañando de una manera tan fantástica, en diversas categorías y torneos. España está en un momento de explosión, de crecer y dar un enorme salto de calidad en el rugby a nivel europeo y mundial. Ahora mismo estamos viviendo esa transición, y muy rápidamente.

El rugby es uno de los deportes que más solera e historia tienen, pero tradicionalmente había estado más aislado, limitado a un nicho más reducido y olvidado (y en España aún más). Para muestra, el increíble dato de que este clásico juego no ha sido incluido como disciplina olímpica hasta hace bien poco, desde de Río 2016 (en modalidad seven). Algo empezó a cambiar a partir del siglo XXI, con la explosión y el cambio de paradigma del deporte como modelo de negocio en transformación. En la última década, la progresión del rugby mundial ha sido notoriamente extraordinaria, mostrando un crecimiento imparable. En España, por ejemplo, casi se ha duplicado el número de licencias federativas en el periodo 2008-2018, tanto para jugadores, entrenadores y árbitros.


Desde la base (infantil, juvenil, universitario), las nuevas generaciones vienen con una motivación especial por este deporte y sus valores, por su desarrollo y su globalización. Existe un interés y participación creciente en cuanto al número de asociaciones, clubes, colegios y escuelas municipales que apuestan directamente por el rugby como soporte formativo, y que inician a los niños en su práctica (hecho que se ha extendido considerablemente por nuestra geografía). Obviamente, este movimiento viene favorecido por una imprescindible mejor estructura federativa y un plan estratégico a largo plazo, un mayor apoyo institucional y una visibilidad impulsada indudablemente por el auge de la mujer y los programas de apoyo social al deporte femenino.

Los resultados deportivos cosechados por nuestras secciones de rugby en diferentes categorías se encuadran en un marco de apoyo e implicación general que hay en el país por este deporte, fomentado por diferentes eventos y programas que se vienen organizando en colaboración con agentes europeos y mundiales como son World Rugby, el Consejo Superior de Deportes o la Federación Española de Rugby. El European Rugby Champions & Challenge Cup de Bilbao 2018, o los programas “Get Into Rugby”, “Mujer y Rugby”, “Universo Mujer”, “Rugby Escolar” etc., ayudan a que el deporte del balón ovalado se esté consolidando en nuestro país como una opción potente y de futuro.

El “momentum” del rugby es ahora. Posee un gran efecto contagio, que se propaga rápidamente a todos los niveles de capilaridad social. En el plano económico se está subiendo además a la ola de un mercado expansivo, de apoyo de los patrocinadores y de difusión mundial como nunca hubo en torno al rugby. El talento se va sembrando, puliendo, y las diferencias de nivel se acortan en la élite, con lo cual las competiciones son más igualadas y atractivas, lo que favorece el espectáculo, la pasión y divulgación de sus valores, así como la generación de un porfolio de oportunidades de negocio en colaboración con diversos socios e industrias de toda índole.


España es uno de los países que más margen de crecimiento tenía en el rugby, y está recorriendo el camino de manera sólida y brillante, en nuestro caso motivados por el potentísimo efecto llamada de nuestras selecciones nacionales, que crecen y se superan en casi todos los deportes colectivos en torno a los conceptos de “equipo unido y familia”, “valores y oportunidades”, “igualdad y talento”. La Marca España se sigue construyendo de manera robusta, y en los últimos años el rugby tiene mucho que ver en ella, porque en la medida en que la sociedad va entendiendo más este deporte, va encontrando en él un reflejo de honradez y nobleza, de deporte limpio, emocionante y con una ética que va mucho más allá de los prejuicios que sobre él existían hace no muchos años (el clásico “deporte para brutos” …).

Los leones y leonas, ese colectivo del rugby de élite español, son nuestros más potentes embajadores de este deporte en el mundo. Proyectan hacia fuera el sentimiento que existe desde dentro, del país al mundo, del corazón al universo. En ellos converge el empuje de diversidad deportiva, generacional y de mentalidad, de derribar muros y conquistar fronteras, y de creer en uno mismo y en el compañero de equipo por encima de la historia.


La victoria sobre los All Black ha puesto de manifiesto un hecho innegable e imparable: el rugby corre mucho y bien, crece sano y seguro, adelanta por las alas a quienes le salen al paso, demuestra su valía con enormes ensayos de pasión, y es un deporte en transformación, fuerte y emergente del panorama actual, reclamando su sitio y la atención que merece en un mundo y un negocio deportivo que empiezan a reconocer todo su valor y su potencial. Gracias y enhorabuena, leones y leonas, por creer en vosotros y vuestro futuro más que nadie, y por conseguir que cada vez más gente nos subamos a un carro de tremenda alegría deportiva: el rugby nacional y mundial.