Se nota mucho cuando un deportista disfruta
haciendo lo que sabe y lo que le gusta. Se detecta porque hay energía y
confianza en su juego. Cuando el futbolista se divierte
sobre el campo, está creando el caldo de cultivo para dejar
fluir todo su talento. Es imposible que se guarde nada, todo sale a relucir y
se detecta toda la belleza y la armonía que guardaba en su interior. El
futbolista que se divierte jugando es el que consigue explotar algo que llevaba
dentro hasta que
lo libera, y deja las riendas a la imaginación y la creatividad en lugar de al
control y a la presión.
Esto es lo que pienso al ver la temporada
del malagueño Isco,
jugador del Real Madrid y de la selección española, que ha eclosionado en la
flor de su carrera. Este chico ha trabajado mucho, ha peleado y reclamado su
sitio, su oportunidad para tener continuidad en el equipo y así demostrar lo
que lleva dentro. Y la ocasión le ha llegado, por unas u otras circunstancias,
pero ha sabido labrarse su hueco, estar en el sitio y momento adecuado. Y claro
está, ante ello, ha respondido de una forma
extraordinaria.
Los años anteriores,
no acababa de jugar bien, fluido. No era el Isco natural que había maravillado
en Málaga y Valencia. Se le notaba atenazado, estresado en el campo,
queriendo hacer muchas cosas a la vez y en muy pocos minutos.
Esto es algo casi imposible. Nadie por mucho talento que tenga puede rendir en
condiciones si no se le deja trabajar con calma. Sabemos que el fútbol son
resultados y no hay margen, y más en los clubes de mayor potencial, pero a
veces un poco de paciencia y visión genera
mejores resultados a medio plazo.
Ha sido este año cuando el club, el entrenador
y los compañeros han creído en Isco de verdad,
cuando se han jugado los partidos y las competiciones más importantes. Ha ido
jugando más minutos, y aunque aún le falta un peldaño para ser indiscutible en
el once, esta temporada ha sido crucial para un equipo
donde la competencia es brutal. Este año Isco se
ha divertido mucho sobre el campo. Da gusto ver la temporada de
este jugador, cuyas jugadas parecen trompicadas y enredadas entre piernas de
futbolistas, pero en las que el balón suele salir no se sabe por dónde
finalmente, convertido en magia, desahogo, claridad de
juego y pases inmejorables, en ocasiones
que valen quilates de oro para
convertidas en gol. En muchos goles.
Además físicamente se le ha visto más
fresco, más fuerte en
las arrancadas y más contundente en el cuerpo a cuerpo, en la protección y
conducción del balón. Incluso defensivamente, mucho más sacrificado cuando ha
hecho falta. Ha crecido como jugador en 8 meses más que los otros 3 años
anteriores, encontrando por fin su juego y conectándolo con el resto del
equipo, con el esquema, con sus socios. Ha respondido con creces a las necesidades y a las expectativas
máximas que hay siempre en el Madrid, siendo un valor
capital para el
equipo.
Aún espero próximamente esa proyección explosiva de su fútbol en la selección
española, donde se postula como digno
sucesor de Iniesta, la referencia angular sobre la que seguir
manteniendo un equipo de toque y paciencia. Isco está llamado a liderar
la próxima generación de “jugones” españoles, que ya está aquí, a ser
ese jugador distinto que decide partidos de forma impredecible y da un paso
adelante cuando su equipo lo necesita.
Todavía es muy joven y tiene que seguir
aprendiendo y mejorando, pero también demostrando y aportando,
pues tiene aún mucho margen de progresión. Si le dejan, si
le respetan, puede tener una brillante carrera, que si bien empezó hace varios
años, no ha sido hasta esta temporada en que ha explotado con su arrollador
talento. Finalmente encajado en un equipo, en un sistema y con unos minutos que
han dado rienda suelta a un fútbol
inspirador y distinto, una delicia técnica y táctica que ataca
con imaginación y verticalidad los espacios y el área rival.
Bravo Isco por no rendirte y pelear. Bravo por mostrarle al mundo tu clase y tu fútbol
especial, vistoso y alegre, y por convencer a todo un grande
como el Madrid de que por derecho propio te has ganado un sitio entre los
imprescindibles del año, y de los próximos. Gracias por
divertirte en el campo y
hacer que el aficionado se divierta igualmente. Por ser un gran ejemplo y el
camino a seguir por los jugadores españoles y la cantera en general de este
país. Gran presente y futuro para este
gran jugador, Isco Alarcón.
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