jueves, 15 de junio de 2017

Carta abierta a Rafa Nadal, el alter ego de España

Rafa, aunque tú no me conoces, quiero darte las gracias desde el fondo de mi corazón. Aunque no me conoces, eres parte de mi vida, de la de un país que nunca imaginó tener un símbolo como tú. Aunque no me conoces, lo que yo conozco de ti me emociona y me asombra, me inspira y me hace llorar de orgullo.
Realmente me siento en deuda contigo Rafa, siento la necesidad de decirlo en voz alta, de devolverte de alguna manera toda tu grandeza y lo que haces por nosotros. Me gustaría darte un abrazo emocionante, me gustaría conocerte y charlar contigo horas y horas, me gustaría ser para ti un amigo en el que confiar, con quien compartir y disfrutar el deporte y la vida. Me gustaría transmitirte todo eso y mucho más, como a toda España le gustaría hacer con su alter ego, con aquel cuya sombra es capaz de eclipsar al mundo entero. Lógicamente resulta complicado, y sólo me queda escribirte, compartir en voz alta toda la felicidad que en la distancia nos brindas a todos, esperando que de alguna manera te lleguen estas palabras sinceras. Me parece poca cosa, me parece que no es suficiente, pero es todo lo que tengo para tratar de devolverte al menos un pedacito de lo que tú has hecho por mí, por nosotros.
Tus logros como tenista, pero sobre todo como deportista y como persona ejemplar, generan un potentísimo efecto contagio. Un domingo cualquiera, tú estás ganando el décimo Roland Garros, agrandando tu leyenda y el nombre de España en todo el mundo, volviendo a demostrar a todos que era posible volver lo más alto, evolucionar y mejorar. Cada punto y cada “¡vamos!” que generas en la pista son una ola de fuerza y coraje que transmites a millones de personas, nos levantas del asiento enardecidos, nos haces empujar tu raqueta desde casa, pensando “yo también soy capaz de hacer algo grande“. Resulta extraordinario ver cómo te levantas una y otra vez, superándote cada vez más, logrando éxitos y dejando al mundo boquiabierto. Es apabullante observar cómo eres capaz de sorprender incluso a los más escépticos, con esas demostraciones de juego y de fortaleza mental que vemos sobre la pista. Tu carisma y tu valor son propios de un líder de masas, y ejerce una gran influencia en la sociedad, contrayendo al mismo tiempo una responsabilidad acorde a ello.
Comparto contigo el momento generacional de la vida, apenas nos llevamos cuatro años, y me has acompañado en largas tardes de estudio, de juventud, de multitud de planes; en esa época donde uno tiene que empezar a andar su camino propio, apoyándose en todo el prisma del entorno. Tú has sido pieza angular en esa forja, Rafa. Tú que tuviste que hacerte adulto mucho más temprano y rápido de lo normal, renunciando a muchas cosas que no pudiste vivir, en pos de un sacrificio mayor. Tú que has sido el relámpago que irrumpió en un país que no lo esperaba, que se coló en nuestras vidas hace años cual torbellino imponente.
Probablemente seas la mente más potente que hayamos visto, la fuerza indómita de la naturaleza con más resistencia, más confianza y más capacidad de sacrificioNingún deportista me ha inspirado tanto y con tanta intensidad como tú, Rafa. Coleccionas los valores más profundos y humanos del deporte, que son la base de tu éxito. Has llegado hasta la cima más alta de la historia deportiva por derecho propio: el mejor deportista español de todos los tiempos, y uno de los mejores de la historia mundial.
Rafa, tenías que llegar para abrirnos los ojos, para sostener y levantar una marca. La marca España es todo lo que tú demuestras. Una marca que aúna talento y voluntad, que cree en sí misma y que demuestra al mundo que es capaz de entregar todo lo que tiene por un sueño. Vaciando el corazón con su entrega,  demostrando una fe inmensa en su propio camino. Ello ha supuesto inspiración y coraje para un país necesitado de esconder sus problemas sociales, para una sociedad en crisis de valores, de moral y de espíritu: una apuesta por la esperanza y la confianza en el futuro y en el ser humano, a través del deporte. Tu presencia en el tenis mundial nos ha enseñado y unido mucho como país: a las familias, a los amigos y compañeros. Eres la excusa perfecta para juntarse, para compartir emociones de las que se recuerdan.
Supones además un gran  ejemplo para los niños, que se debería enseñar en el colegio como modelo de superación, pues dispones de unas herramientas y capacidades que pocas personas aprenden en su vida. Eres esa persona que siempre cree y confía, que siempre aprende y mejora con humildad, que no se rinde, que lucha, compite y que sabe superar los errores, las decepciones, y acaba resurgiendo en su propósito.  Tu grandeza es tu normalidad, a la vez que tu excepcionalidad. Podrías haber formado parte de mi pandilla de amigos, de la cualquiera de este país, seguro.
Rafa, debe ser extraño que tanta gente, como yo, creamos conocerte tan bien, y a la vez tan poco, y tú no nos puedas conocer a todos. Debe resultar increíble ser el alter ego de un país entero, un icono para millones de personas que te admiramos. Rafa, la gratitud se me antoja una palabra escasa para expresar todo lo que te debo, y toda la emoción que me supone escribirte tan directamente. Esta carta apela al ser humano que hay detrás de la leyenda del tenis,  a la persona que sostiene al deportista de élite, al chico que es parte de nuestra inspiración colectiva. Apela a la conspiración del universo para darme la oportunidad de conocerte, de decirte cara a cara que tu fortaleza es nuestro alimento,  que tu confianza es nuestro oxígeno,  y que tu esfuerzo y tus logros son el latir de un único corazón dentro de millones de personas como yo, que te dan las gracias por existir en este momento de la historia.
Gracias por hacernos sentir “en casa” cada vez que te vemos, por poder pasear orgullosos tu nombre allá donde vamos. Gracias por ser la marca España, la esencia y la intensidad del producto mediterráneo, por sentir que contigo estamos juntos en lo más alto. Gracias porque desde ahí puedo soñar más y mejor, convertirme en mejor persona, y sentir mi meta más cerca, más viva, más plena. Gracias por tanta felicidad acumulada en un gesto, un golpe, unas palabras.
Gracias RAFA por tu actitud en la vida, por ser mi alter ego, por serlo de España entera.

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