martes, 26 de noviembre de 2019

Resiliencia en duelo: Bautista levanta el vuelo

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En el último año y medio Roberto Bautista ha logrado los mejores números de su carrera tenística, llegando a situarse en la novena posición del ranking mundial. En el mismo periodo de tiempo han fallecido su madre y su padre. Una mente en duelo que es capaz de mantener ese nivel competitivo a pesar de estos durísimos golpes se explica desde la resiliencia más disciplinada, la motivación y el respeto profundo a la esencia propia.

La semana pasada, en plena competición de Copa Davis, Bautista tuvo que abandonar la concentración del equipo español ante el empeoramiento de la salud de su padre, que finalmente fallecía el viernes. Apenas veinticuatro horas después, el jugador sorprendió a todo el mundo volviendo a estar junto al equipo nacional de tenis, para apoyarles en una competición en la que se habían clasificado para la final a pesar de las adversidades físicas y personales de sus miembros. No sólo eso, sino que el domingo se encontró con la fuerza y determinación necesarias para jugar uno de los partidos decisivos de la final. Y ganarlo, para allanar el camino hacia la conquista del sexto título mundial para España.

Su entereza es realmente inspiradoras. Honrar la memoria de un padre, mostrando lo que mejor sabe hacer dentro de la pista. Jugando con coraje y valentía para dedicarle su mejor versión, en la victoria más complicada de su vida. Aceptar el duelo y seguir, interiorizando el golpe emocional. Sostener la tensión y susurrar de la nada al corazón. Salir a la luz cuando te envuelve la oscuridad. Buscar cariño y consuelo en tu pasión, tu equipo, tu profesión. Encontrarlo en la pista, en el juego y en tu tesón. Sentir el calor y la cercanía de la afición. Subir el nivel hasta dar tu máxima expresión. Recoger de la grada todo el respeto, gratitud y  admiración. Flotar en el limbo entre dos mundos sin entender por qué, con muchas preguntas sin poder responder, pero llevado en volandas por talento y amor propio, por la gente, por ese momento de la historia y la competición. Agarrado a un equipo que es parte de ti, amigos que te arropan como una familia y que admiran esas ganas de luchar por ti mismo, por ellos, por nosotros y por todos. Enganchado a un deporte que corre por tus venas sin poder detenerse ante nada ni nadie, porque te hace sentir más vivo a pesar de la cercana muerte. Porque nadie lo entiende pero todos lo sienten.


Roberto Bautista nos dejó impactados a todos con su fuerza de voluntad y su compromiso, y por su capacidad de superación en un momento así. Un comportamiento asombroso, memorable y digno de analizar. De cómo la mente es capaz de todo, a pesar de todo. De cómo a pesar de los durísimos golpes, uno siempre puede elegir cómo aceptarlos para levantar su vuelo. De cómo un deporte y un equipo inspiran para hacerte más fuerte. De cómo el compromiso con la vida, siempre puede con la muerte.

Gracias Roberto, por dejarte abrazar por España entera y levantar tu vuelo, alzando la memoria de tu padre de Madrid al cielo, en una ensaladera de plata y tenis que deja para la historia la impronta de tu duelo.

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